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La osteopatía es conocida por tratar y prevenir problemas de salud aplicando masajes y estiramientos en los músculos, articulaciones y tejidos. Sin embargo, hay una rama menos conocida que se encarga de terapia manual sobre los órganos internos del cuerpo, vasos sanguíneos y vísceras para mejorar su funcionalidad y así prevenir o aliviar tensiones: la osteopatía visceral.

Esta vertiente de la osteopatía se centra en órganos como los pulmones, estómago o hígado para mejorar desde dolores de cabeza y migrañas; problemas digestivos o urológicos; endometriosis, problemas de próstata e incontinencia; hasta afecciones provocadas por estrés o depresión.

Las osteopatía visceral tiene como finalidad descifrar cualquier tipo de disrupción en el eje natural en el que se mueven los órganos. La evaluación de las relaciones estructurales entre las vísceras y sus uniones fasciales o ligamentosas al sistema musculoesquelético es la base de este tipo de tratamiento.

¿Qué es la osteopatía visceral y para qué sirve?

Esta terapia manual apuesta por buscar la raíz de la tensión que está provocando los problemas del paciente. Una vez detectado el origen, entonces el osteópata trabajará sobre los tejidos del órgano.

La fuente del dolor puede parecer no estar directamente relacionada con el área que padece la dolencia. Recuerda que el enfoque de la osteopatía es ver el cuerpo como un todo y esto también se extiende a la compleja red de relaciones entre los órganos del cuerpo.

Esta derivación de la osteopatía entiende que hay unas fuerzas normales en el cuerpo que muchas veces se ven alteradas por fuerzas anormales, haciendo que diferentes áreas del cuerpo tengan que adaptarse a esta anormalidad. Los terapeutas evalúan, a través de técnicas específicas, cómo las fuerzas anormales interactúan en el cuerpo, se superponen y afectan a las fuerzas normales. El objetivo es ayudar a las fuerzas normales del cuerpo a eliminar los efectos anormales, sean cuales sean sus fuentes. Esos efectos pueden ser globales y abarcar muchas áreas de la función corporal.

Así, la osteopatía visceral se basa en la aplicación de masajes suaves para estimular la movilidad, el tono y el movimiento normales de las vísceras y sus tejidos conectivos.

Beneficios de la osteopatía visceral en distintas dolencias

La movilidad de los órganos y sus tejidos conectivos restablece el equilibrio y facilita la salud integral en todo el cuerpo. La aplicación de masajes suaves pero precisos que estimulan los órganos tiene como beneficio eliminar diversas afecciones que pueden tener los pacientes.

Uno de los ejemplos más claros de los beneficios de la buena aplicación de masajes para movilizar y tonificar los órganos son los cólicos de los lactantes. La osteopatía visceral en los bebés es una de las prácticas más comunes, justamente porque es un estadio en el que buscamos soluciones alternativas a la medicina tradicional y a los tratamientos con fármacos. En este caso, el osteópata entiende que el origen del cólico es lo que desencadena la mala digestión y como consecuencia la incorrecta digestión de la leche materna.

Tratamiento osteopático visceral

El tratamiento de osteopatía visceral se caracteriza por sesiones de aproximadamente 40 minutos. El terapeuta utilizará movimientos hacia arriba y hacia abajo, de atrás hacia adelante y de lado a lado para masajear los órganos y liberar la tensión o las restricciones para que el órgano vuelva a funcionar de manera óptima. Los masajes podrán ser por compresión, movilización y alargamiento de los tejidos.

El número de sesiones variará en función de la respuesta al tratamiento. El osteópata podrá desarrollar un plan basado en tus necesidades y en cómo responde tu cuerpo a la terapia. A medida que se deshagan las tensiones, los síntomas disminuirán, aunque aún pueden estar presentes varios días después de una sesión.

La movilidad visceral es clave, porque esto indica qué tanto pueden contraerse y liberarse los órganos según sea necesario. Los órganos sobrecargados o dañados pueden desarrollar adherencias y tejido cicatricial que los hace menos flexibles. La osteopatía visceral implica un masaje que combina presión, golpes profundos y fricción para eliminar las adherencias.

El profesional sabrá reconocer los órganos móviles y sanos y podrá determinar cuáles no tienen una movilidad visceral adecuada. A lo largo de la sesión el médico consultará con el paciente cómo se siente al presionar ciertas áreas del cuerpo, lo que le dará un mayor entendimiento de la dolencia.

A través del masaje, presión y estiramiento de las fibras de colágeno que forman la fascia, el médico afloja las fibras para romper las adherencias. Como resultado, los órganos poco a poco van recuperando su movilidad.