Una hernia de disco es una afección que puede ocurrir en cualquiera de las tres áreas de la columna: cervical, dorsal o lumbar, aunque la zona más comúnmente afectada es la lumbar.

No debemos olvidar que la columna vertebral, además de los 24 huesos colocados uno encima del otro, está formada también por la médula espinal y nervios. La estructura de nervios que transita entre los discos de las vértebras comunican el cerebro con los músculos. Además, se encuentran los discos intervertebrales que son estructuras flexibles planas y redondas que amortiguan el impacto de los movimientos.

Se produce una hernia cuando el núcleo gelatinoso de un disco empuja contra su anillo exterior debido al desgaste o una lesión repentina. La constante presión con el paso del tiempo puede llegar a  atravesar el anillo exterior del disco o hacer que el anillo se abulte. Como consecuencia, la presión se transfiere a la médula espinal y las raíces nerviosas cercanas.

Causa de la hernia discal

La causa más común es el envejecimiento y desgaste natural de la columna vertebral. Con el paso del tiempo las vértebras van perdiendo líquido y se hacen menos flexibles. Esta pérdida de agua también provoca que los espacios entre las vértebras se hagan más pequeños.

Pero el desgaste de la columna puede venir también acelerado por problemas de peso, sedentarismo, tabaquismo, levantamiento inadecuado de peso o actividades que tensan la columna vertebral.

Otro motivo por el que se puede dar una hernia de disco es por traumatismo (caída o golpes).

Así, la hernia de disco es algo que puedes experimentar en cualquier momento de tu vida y pueden padecer tanto a hombres como mujeres. El dolor que genera una hernia de disco condiciona la vida diaria y la actividad física. 

Síntomas y diagnóstico de la hernia discal

Los síntomas de la hernia de disco serán diferentes según la altura de la columna que esté perjudicada. En general una hernia disculpa se presenta de la siguiente manera:

  • Dolor en brazos o piernas: dependiendo de las vértebras comprometidas el dolor se presentará en los brazos (cervicales), o los glúteos y pantorrillas (lumbar).
  • Entumecimiento u hormigueo: el hormigueo irradia desde la zona de la columna vertebral que padece la hernia.
  • Debilidad en los músculos: el pinzamiento de los nervios afectará a la actividad muscular.

Para el diagnóstico el médico realizará un examen físico y de la historia clínica teniendo en cuenta los síntomas descritos por el paciente. Esto puede incluir una evaluación neurológica a través de pruebas que detectan la pérdida de sensibilidad, fuerza en los músculos o reflejos.

El médico puede también servirse de pruebas por imágenes para explorar los tejidos blandos como los discos intervertebrales. A través de una resonancia magnética el médico puede confirmar el origen de la afección así como especificar las vértebras afectadas. 

Tratamiento de las hernias discales

Los tratamientos no quirúrgicos están orientados a disminuir el dolor a través de reposo durante uno o dos días para después reanudar la actividad física de forma gradual. Los médicos también se inclinan por la prescripción de analgésicos o, en algunos casos, la inyección epidural de esteroides. Los fármacos orales suelen ser fuertes y, al no atacar el origen del dolor, hacen que los pacientes cada vez tomen dosis más altas para calmar el dolor.

Ahora, si lo que quieres saber es cómo mejorar una hernia discal yendo al foco del dolor, entonces lo ideal es el tratamiento de la hernia discal a través de terapias físicas. Además, las terapias como la osteopatía garantizan que sea menos probable que el dolor remita.

Para que un osteópata pueda trabajar una hernia de disco, primero debe examinar toda la columna y determinar cuál es el origen de esta afección.

Con esta información, el osteópata recomendará ejercicios de flexibilidad y fortalecimiento de la columna y trabajará sobre el disco sintomático. Los problemas derivados de una hernia también tienen consecuencias en los músculos, que pasan por un proceso de adaptación y compensación.

Muchos osteópatas evalúan problemas subyacentes como lesiones en tobillos o rodillas, o descompensaciones pélvicas.

El osteópata hará una manipulación de la zona con tracción suave y descompresión en el área afectada, mejorando el flujo sanguíneo y reduciendo la inflamación. 

La manipulación con tracción es una técnica en que las piernas y la cabeza se tiran en diferentes direcciones para manipular la columna. Estas mismas técnicas de tracción o acciones de empuje se pueden aplicar a la zona en donde ocurre el problema. En cualquier caso, este es un método indoloro en el que puedes escuchar como “cruje” la espalda. Esto se debe al desplazamiento del gas nitrógeno en las articulaciones.

Los masajes se basan en diferentes métodos como la terapia de liberación miofascial, técnicas de bombeo linfático y puntos sensibles para contrarrestar la tensión dependiendo de la causa de la hernia. El objetivo es reducir los espasmos musculares para proporcionar relajación y estimular su sistema nervioso parasimpático. La causa más importante de dolor son los espasmos musculares en la región afectada. La reducción de estos espasmos ayuda al paciente a relajarse y le permite volver a su vida normal.

También puede emplear técnicas de movilización y masajes suaves, reduciendo el espasmo muscular y mejorando el rango de movimiento de la zona, facilitando así la curación del propio cuerpo y la resolución del problema.